El FC Barcelona atraviesa un momento de contradicciones. Mientras la reciente derrota europea ha dejado un rastro de dudas y críticas, el club se aferra al futuro y a la gestión del día a día. La situación del equipo se refleja en la figura de sus jugadores, como Raphinha, cuyo viaje personal simboliza la lucha constante entre la adversidad y el sueño de triunfar en el Camp Nou.
El enigma de Raphinha: de la lucha en Restinga al silencio del estadio
La imagen al final del último partido de Champions fue desoladora. Mientras la afición rival celebraba con euforia, Raphinha caminaba solo hacia el centro del campo, con la cabeza baja, aplaudiendo a la grada como un autómata, perdido en medio del ruido ajeno. El brasileño, conocido en la Ciutat Esportiva por su sonrisa contagiosa y su carácter alegre, se había quedado sin el refugio de la victoria.
Esa alegría ha sido siempre su mecanismo de supervivencia. Se forjó en el barrio de Restinga, en Porto Alegre, un lugar creado en los años 60 por la dictadura militar brasileña para reubicar a la población más humilde, expulsada del centro de la ciudad. Creció en un entorno sin infraestructuras básicas, donde la pobreza era la norma. Él mismo ha confesado haber tenido que pedir en la calle para salir adelante. Su historia es la de la superación, un relato de intolerancia social que ahora contrasta con su posición de privilegio en el club de sus sueños.
Su conexión con el Barça viene de lejos. Su padre, Rafael, músico conocido como Maninho, formaba parte del grupo Samba Tri, uno de los favoritos de Ronaldinho durante su etapa dorada en Barcelona. Aquellas reuniones, donde un joven Raphinha veía a su ídolo, crearon un vínculo que perdura. Fue Deco, hombre de confianza de Ronaldinho en aquella época y hoy agente del jugador, quien facilitó su fichaje por 58 millones de euros más variables, una operación en la que el club prefirió no detallar las comisiones. Aunque la prioridad de Xavi Hernández era renovar a Ousmane Dembélé, el técnico vio con buenos ojos la llegada de otro extremo para fortalecer su propuesta ofensiva.
El eco de la derrota: Montjuïc y la crítica táctica
La decepción de Raphinha es un reflejo del sentir del vestuario. Fuentes internas del club señalan la sorpresa de técnicos y jugadores por el ambiente frío del Estadi Olímpic Lluís Companys durante el último encuentro contra el PSG. La sensación fue que los aficionados parisinos se hicieron oír más que los locales, una falta de energía que el equipo notó sobre el césped.
A esta desconexión con la grada se suman las críticas al planteamiento del equipo. El exfutbolista azulgrana Thierry Henry fue especialmente duro con el entrenador, Hansi Flick, a quien acusó de “cabezonería” por mantener una línea defensiva excesivamente adelantada durante todo el partido, una estrategia que el PSG supo explotar. Marcus Rashford, por su parte, se destacó como máximo asistente del encuentro, con una participación clave en el sexto gol de la temporada para su equipo.
Movimientos en la plantilla y la mirada al futuro
Mientras el equipo asimila el golpe, en los despachos se trabaja en la planificación deportiva. El futuro de Eric Garcia está en el aire. El PSG de Luis Enrique sigue de cerca las negociaciones para su renovación y, si no hay acuerdo en los próximos tres meses, podría empezar a negociar directamente con el defensa. Por otro lado, Iñaki Peña, cedido en el Elche, se mostró rotundo sobre su salida temporal del Barça, calificándola como “una cuestión de bienestar personal” tras una temporada complicada con pocos minutos.
No todo son malas noticias. La nota de esperanza llegó desde la cantera, donde el equipo sub-19 se impuso por 2-1 al Paris Saint-Germain en la UEFA Youth League. El equipo juvenil logró una remontada épica, consiguiendo los tres puntos pese a jugar con un hombre menos desde el inicio y empezar perdiendo el partido.
Próxima parada: la Champions en Montjuïc
Con la vista puesta en pasar página, el FC Barcelona ha anunciado de forma oficial que el próximo partido de la fase de grupos de la Champions League se disputará también en el Estadi Olímpic Lluís Companys. El encuentro contra el Olympiacos se celebrará el martes 21 de octubre a las 18:45 horas, una nueva oportunidad para que el equipo se reconcilie con su afición y recupere las buenas sensaciones en Europa.