El Bayer Leverkusen sufre su segunda peor derrota histórica en la Champions League tras un colapso inexplicable en la primera mitad. La joven plantilla de Hjulmand evidenció su falta de madurez y estructura ante el vigente campeón.
Un consuelo inútil y un dolor profundo
Aleix García se llevó un pequeño consuelo a casa al término de una noche de fútbol de auténtica locura: la camiseta de Ousmane Dembélé, recién nombrado Mejor Jugador del Mundo. Sin embargo, el ánimo del centrocampista español no estaba para celebraciones tras la humillante derrota por 2-7 (1-4) de su equipo, el Bayer Leverkusen, contra el Paris Saint-Germain.
El partido fue una aventura salvaje que incluyó nueve goles, dos tarjetas rojas, un penalti fallado (Grimaldo) y otro convertido. Pero el resultado fue nefasto. “Esto duele”, dijo García, autor de los dos goles de su equipo, uno de ellos de bella factura. “Hoy no podemos sacar nada positivo. Tenemos que pedir disculpas a los fans”.
La debacle en 385 segundos
El encuentro se rompió tras la media hora. Robert Andrich, el capitán local, vio la roja directa por un codazo innecesario (31′). Sorprendentemente, solo siete minutos después, el defensa del PSG Illya Zabarnyi también fue expulsado, dejando el duelo en un diez contra diez. Justo después, Aleix García empataba de penalti (1-1).
Parecía un nuevo comienzo, pero fue el principio del fin. Esta situación de igualdad numérica sobrepasó por completo al Leverkusen. En un lapso fatídico de 385 segundos antes del descanso, el PSG sentenció el choque con tres goles que pusieron el 1-4 en el marcador. “Esos fueron los minutos decisivos”, admitió el técnico Kasper Hjulmand. “Ahí pensamos de forma demasiado ofensiva”.
“Perdimos la cabeza y la estructura”
Simon Rolfes, director deportivo del club, fue tajante en su análisis: “Perdimos la cabeza por completo”. El equipo, aún en plena reconstrucción tras un verano de cambios radicales, se mostró totalmente desorientado en los nuevos espacios generados por el diez contra diez. El resultado parcial durante ese periodo (un 1-6) revela la incapacidad del equipo para gestionar la situación.
Hjulmand calificó al PSG como “el mejor equipo del mundo actualmente”, pero la ingenuidad del Bayer 04 fue un factor más determinante. “Con el 1-1 y la igualdad numérica, perdimos la estructura”, añadió Rolfes. “Estábamos a la fuga”, describió, refiriéndose a un caos ofensivo que abrió todas las puertas al campeón francés, que castigó con una efectividad extrema.
Un equipo “inacabado” y sin jerarquía
La derrota expone las profundas grietas de una plantilla que sigue pareciendo “inacabada”. Faltaban jugadores clave como Jonas Hofmann, quien no fue inscrito en la Champions por el anterior técnico, Erik ten Hag. Los jóvenes argentinos Claudio Echeverri y Ezequiel Fernández, aunque con potencial, parecieron perdidos (Echeverri) o cometieron errores graves (Fernández).
Además, el hecho de que Andrich, el capitán, reciba su segunda roja directa de la temporada por una agresión intencionada, simboliza los desequilibrios del vestuario. Cuando se le preguntó a Hjulmand quién debió asumir el liderazgo, su respuesta fue evasiva: “Todos. Tenemos experiencia y calidad”. Pero en el campo, ni Alejandro Grimaldo, ni los defensas Loïc Badé o Edmond Tapsoba tomaron el control.
El portero, en el punto de mira
El guardameta Mark Flekken, fichado este verano por 10 millones de euros para suplir al icónico Lukas Hradecky, volvió a mostrarse inseguro. Recibió siete goles en ocho disparos a puerta. Un sector de la afición respondió con aplausos irónicos tras una parada sencilla.
Rolfes salió en defensa de su portero: “La derrota no fue culpa de Mark. Queríamos conscientemente un portero que jugase bien con los pies”. Según informaciones del club, no se plantea un cambio en la portería.
La sombra de Barcelona y un futuro complicado
Era la séptima vez que el Leverkusen intentaba ganar a un campeón vigente de la Champions, cosechando su sexta derrota. El 2-7 es la segunda peor goleada sufrida por el club en la competición, solo superada por el infame 1-7 en Barcelona en 2012.
Con solo dos puntos en tres partidos, el camino en Europa se complica enormemente. “No será fácil”, concluyó Rolfes, “pero tampoco contábamos con los tres puntos contra el PSG. Debemos aprender de esos 15 minutos tras el empate. Tendremos que mostrar otra cara, y lo haremos. Aún tenemos opciones de clasificarnos para los play-offs”.